10 octubre, 2015

La tortura: 30 años después (Intxaurrondo. La sombra del nogal / Ion Arretxe)


Entrevista completa en: Kuartoscuro


Javier Coria. LQSomos. Julio 2015

En la madrugada del 26 de noviembre de 1985 fueron detenidos, cada uno en su casa, Mikel Zabalza, su novia, su primo e Ion Arretxe, autor de este libro, un testimonio novelado del paso de un joven estudiante de arte por el siniestro cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, barrio de Donosti/San Sebastián (Guipúzcoa).


Aunque no se conocían entre ellos, la Guardia Civil les acusaba de pertenecer al mismo comando de ETA y les responsabilizaba de la muerte, hacía apenas unas horas, de dos militares y de un guardiacivil en las inmediaciones del Puerto de Pasajes. Tal y como nos cuenta Ion Arretxe con una prosa sencilla y descarnada, nada más sacarle de la cama le llevaron al monte, le embutieron en dos sacos de plástico de los que se usan para sacar escombros, le envolvieron con cinta de embalar como a una momia y le interrogaron metiéndole la cabeza, una y otra vez, en el agua de un río.


Secuestrado ilegalmente por un grupo de guardiaciviles, al mando del miembro del GAL, general Enrique Rodríguez Galindo (condenado por el secuestro, torturas y asesinatos de Laza y Zabalza), Ion fue torturado, incluso por el propio Galindo, pese a saber que se habían equivocado y no pertenecía a ETA.


Todo esto ocurrió bajo el amparo de la Ley Antiterrorista, con un gobierno del PSOE presidido por Felipe González, que ahora tiene la cara dura de ir a Venezuela a dar lecciones de democracia. Esta es una historia valiente y necesaria y que, desgraciadamente, no todo vivieron para contarla. En estos días hemos escuchado declaraciones (La Tuerca TV) del exjuez Baltasar Garzón diciendo que: “hubo excesos en la lucha antiterrorista”; la verdad es que tanto él, como muchos de sus compañeros de profesión de aquellos años (y médicos), hicieron oídos sordos a las denuncias de torturas y aceptaron las versiones policiales sin rechistar.

Ion Arretxe: “Para mí, tan importante como contar mi siniestra y delirante experiencia en manos de la Guardia Civil, ha sido contextualizar el hecho y situarlo en el momento y en el lugar en el que sucede: la Euskal Herria de los años ochenta”.

Para luego añadir: “Kortatu nos puso a bailar ska, dando patadas contra todo: contra Barrionuevo y su cara de culo, contra los gringos en la Nicaragua Sandinista… Pero también contra nuestro propio muermo vital. De Victoria-Gasteiz, la menos vasca de las capitales vascas, nos llegaban muestras de una lucha que, sin perder un ápice de radicalidad, era mucho más libertaria, autocrítica, y con un toque de humor muy inteligente”.


6 comentarios :

  1. Lamentable que esto pasase, que siga pasando, que en el futuro va a continuar pasando, que poca gente es consciente y menos aun quiere serlo, que gracias a ellos los culpables queden impunes o sin un castigo proporcional.

    Salud!

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    1. Si la proporcionalidad del castigo va ha ser determinada por los tribunales egpañoles, estamos apañaos. Eso en el improbable caso de que se juzgue a toda esta gentuza con licencia para detener, torturar y matar.

      Salud!

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    2. ...¿Y quien juzgaría además a los propios jueces que permitieron/permiten todo esto?

      Salud!

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    3. Eso sólo puede hacerlo el pueblo.

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  2. Si los sicarios del estado son inmunes en sus calles, los cuarteles y las cárceles son lugares de impunidad total. La poli sigue los procedimientos cuando les peta, aplica lo que quieren cuando quieren y la única manera de conseguir un proceso más o menos ajustado al imaginario legal es contar con 20 tíos a la puerta de la comisaria y un abogado para que se rían de él.
    Esto va así, con distinta intensidad, desde el país vasco a ceuta y desde a coruña a barcelona. Todavía me acuerdo de las hostias a puño cerrado en la comisaría de Vallecas. Cualquier día gravo un podcast. Malditos hijosdelagranputa.
    Y pensar que esto será así hasta que muera... se me parte el alma.
    Peor que la muerte: odio a los sicarios!

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    1. "Estado de derecho" viene siendo, en esta pseudodemocracia de mierda, que pobres y disidentes van derechos al trullo y los herederos de "la cosa nostra" al Parlamento.

      Salud!

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