10 febrero, 2018

Resumiendo... – Alejandro Floría Cortés





La megamáquina de la que formamos parte tiene demasiada inercia como para cambiar de rumbo. Podemos imaginar una gigantesca peonza de tamaño planetario girando violentamente. Sabemos que no podemos detenerla con la fuerza de nuestros brazos. Ignoramos qué habría de suceder dentro de esa peonza para que dejase de girar, porque nos resulta insondable la naturaleza de su eje de giro, aquello en torno a lo cual todo orbita demencialmente. Y aún no parecemos haber advertido que su punto de apoyo somos nosotros mismos. Un imprescindible punto de apoyo de velocidad nula.

Y, sin embargo, somos yonkis de su velocidad mareante y nos domina un incontrolable miedo a su pérdida. No es casualidad que tomar conciencia sobre la variedad de perspectivas respecto de este enorme monstruo que se alimenta de sus criaturas nos resulte, cuanto menos, desasosegante. Fuera del mismo, engullido por él, soportándolo o formando parte del mismo, o de todas formas al mismo tiempo, como realmente es. La soledad y el sufrimiento del engranaje inaccesible es, también, la del nodo en la red. Y todo resulta inusitadamente violento.

Es posible adoptar otra perspectiva, acaso bidimensional, sobre esta misma cuestión: el sistema, muy a pesar del institucionalismo que todo lo impregna, incorpora la resistencia al cambio con la suficiente eficacia como para no poder ser modificado (desviado de su propósito) mediante actuaciones desde el propio ámbito sistémico (acción-reacción). De hecho, cualquier sistema muestra esta tendencia al equilibrio, sin juicio, en torno a su propósito, sea cual sea este.

Así, la única opción de cambiar el sistema desde dentro, ¿quién iba a querer cambiarlo desde fuera?, sería (la improbabilidad política de) reconocer, eventualmente, su propio agotamiento y proceder a una (de nuevo, improbable) deconstrucción pacífica del mismo en favor de lo colectivo y lo común. ¿Puede en algún momento negarse el sistema a sí mismo?, ¿tiene, acaso, capacidad de cambiar su propósito?... No es casual la exposición consecutiva de las dos perspectivas: la violencia forma parte del sistema y el sistema genera violencia para perpetuarse.

El relativismo, la liquidez, la insatisfacción y el desconcierto que introducen la hiperinformación, la hiperconexión y la exposición total, potentes motores de la megamáquina, sólo puede ser aliviado a través de su negación activa. Así, creo que, con urgencia, se debe apagar la televisión, abandonar las redes sociales y los espectáculos deportivos, las urnas y, sobre todo, dejar de comprar mierda. Es el primer paso para negar no solo la mencionada condición de punto de apoyo, sino también la de juez y parte, o, para ser más gráficos, la de mantenedor y la de pieza averiada.

Nos debemos una profunda reflexión sobre lo que nos es esencial, sobre lo común y lo colectivo, y soltar lastre. Dejar de emplearnos por los deseos para trabajar por las necesidades. Los deseos son subjetivos, evolucionan con el tiempo, son individuales, sustituibles e insaciables. Los deseos son el combustible de la megamáquina. Las necesidades son universales, objetivas, insustituibles, intergeneracionales y saciables. No pueden ser sino ellas nuestro punto de encuentro.

Las ideologías dentro de un mismo paradigma se disuelven, indistinguibles, en la conveniencia electoral y en la ilusión de la elección; la nueva política no ha existido nunca; las luchas que no se unifiquen no fructificarán; el tiempo empleado en los distractores y en las chucherías que comercializa el sistema es tiempo, salud y recursos malgastados que nunca volverán a estar disponibles. No es eficaz emplear lineas y lineas para hablarnos (y escribirnos) a nosotros mismos. No es momento de exhibición de propósitos ni de preciosismos teóricos: urge divulgar las mejores prácticas de auto-organización y apoyo mutuo para implementarlas allá donde haya necesidad.


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5 comentarios :

  1. Hola Loam, creo que he vuelto.
    Como se indica desde el SXIX tanto progresistas como conservadores se vuelven lo mismo en cuanto acumulan capital, por lo que el cambio no es cuestuión de voluntad, sino de interés, de ahí que las ideologías se difuminen. ¿A quién le puede interesar un cambio real, revolucionario? A quien primero se vea realmente defraudado por el sistema y que a demás tenga la fuerza suficiente. Es decir, no a muchas personas.
    Salud!

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    1. Hola Pablo. Pues ya era hora, estaba empezando a preocuparme.

      Murcia hoy:
      "Para el que no lo entienda todavía: Nuestra situación es desesperada. Nos quieren condenar a vivir tras un muro y ver como nuestros hijos han de cruzar todos los días por una estrecha pasarela o un insalubre paso subterráneo para ir a los colegios o institutos. Nuestros incapacitados, ancianos y embarazadas habrán de hacer interminables colas frente a un ascensor para pasar "al otro lado". Y aquellos que necesiten el vehículo para desplazarse han de hacerlo a través de la ya congestionada Ronda Sur.

      Ante este escenario, señores, ¿creen realmente que nos importa mucho si resultamos o no simpáticos?. A estas alturas ya todo nos da igual porque lo tenemos todo perdido. Que les entre en sus cabezota."

      http://www.laopiniondemurcia.es/murcia/2018/02/10/ataque-explosivos-metralla-soterramiento/897079.html

      jeje... No sé si vamos hacia una revolución (soy escéptico al respecto), pero es evidente que somos muchas las que estamos hasta los mismisimos.

      Salud compañero! Me alegra leerte.

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  2. Alegra leer cosas como esta. Me resultan imprescindibles. Sobre lo que acertadamente se insinúa en el. Y es adoptar una perspectiva desde la repulsa a este sistema caníbal. Reflexionando profundamente sobre lo que nos es esencial, las auténticas necesidades en lo común que somos y tenemos los individuos y en el colectivo que conformamos. Olvidándonos de esos deseos subjetivos, volátiles con el tiempo, individualistas, insaciables ..
    y, por tanto, sustituibles …
    Hasta ahí no he hecho más que repetir lo ya dicho, así que me perdone el Autor. Pero es que me parece de una importancia vital como para que quede bien remarcado.
    Y así, en mi opinión, se podría acompañar por ejemplo a otro

    https://arrezafe.blogspot.com.es/2018/01/una-propuesta-para-el-debate-sobre-la.html?m=1#comment-form

    … y ver si de todo ese conjunto sale algo que en verdad merece la pena …

    Me gusta mucho moverme mucho. ya sea tanto corriendo como andando con la finalidad única de hacer deporte. Sin más… y de paso tranquilizar una conciencia inquieta … je je. … así que no os extrañe si pongo un enlace que bien está enfocado al deporte y parece una “gilipollez en toda regla" sacada de contexto. Así que ahí va. …

    https://as.com/opinion/2013/06/23/portada/1372012228_389900.html

    Pudiera ser interesante que se pensara que en el mundo actual que presumiblemente tenemos un EXCESO de INFORMACIÓN y una FACILIDAD pasmosa por obtenerlo es un auténtico handicap a la hora de crear una corriente de opinión determinada o unas maneras de organización frente a las necesidades reales del colectivo de personas. Si antes costaba vender la moto ahora con tanto individualismo … peor. … y “ELLOS" lo saben y “NOSOTROS” parecemos no darnos cuenta.

    Creo que el pensamiento, el de un colectivo humano debe estar en continua evolución. Ya que con el la sociedad se enfrenta directamente con la realidad. La creada por ella y la que le rodea en este planeta que toca vivir. No hablo de la acción de pensamiento de cada persona ya que este resulta de una reacción automática del cerebro ante los estímulos. (en algunos con determinados estímulos unicamente).

    Ese pensamiento que se hace inteligencia, en mayor o menor medida en las personas. Es debido a que comprenden y utilizan más palabras, relacionan más conceptos con coherencia y son capaces de crear una idea. Importante todas esas personas inteligentes que fueron capaces de crear una serie de ideología tanto filosófico políticas. Y es bueno estudiar y tener en cuenta. Pero lo que perdura es el pensamiento y no la ideología. Que queda escrita … y recitada … por algunos … .Así que es bueno actuar en ese sentido. Y ya sacando a colación una frase de ese enlace deportivo. “Lo importante no es vencer, sino luchar bien" … que bien pensado podría entenderse como una variante más épica de la idea tan usada por los conformistas… (je je je) …”lo importante es participar”.
    … pero yo no lo entiendo así sino en la idea de que participar en cualquier organismo popular sea lo que sea aportando una visión organizativa ya es de por sí un acto revolucionario que pueda cuajar y crear conciencia (pensamiento) colectiva eso ya no tengo ni pajolera idea de que puede depender.
    Perdón por la matraca que me ha salido. Ahora me doy cuenta.

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  3. Me temo que nos dejan la libertad justa para seguir siendo ineficaces. Lo peor que te puede pasar en las "redes (¿rejas?) sociales" es que tu comentario se difunda masivamente.
    "A las pruebas me repito".

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    1. Mientras la protesta no salga de la pantalla (y pague la conexión)...

      Es en la calle, de manera masiva y continuada, donde hemos de librar la batalla.

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